Capítulo 1

-¡Lali, arriba!Hoy empiezan las clases.
-Ya voy-contesté
Ese día no hizo falta que me llamaran más de una vez, apenas había dormido y llevaba unas dos horas despierta.Estaba muy nerviosa:hoy volvería a ver a Peter después de casi tres meses.Ayer estuve más de una hora frente al placar para elegir qué ponerme hoy y al fin me decidí:unos jeans,unos zapatos blancos, una chaquetita blanca y mi remera favorita, que era lisa, de tirantes y del color de sus ojos.Me duché, me sequé el pelo,me vestí, me eché la colonia y me maquillé un poco. En menos de media hora estaba lista.Bajé muy apurada a la cocina, metí una rebanada de pan en la tostadora y acabé de preparar la mochila.Desayuné y fui rápido a lavarme los dientes.
-Esperá un momento,hija.Yo ya acabo y te llevo.-me dijo mi padre.
-No, da igual voy andando.La escuela está aquí al lado.Además no quiero llegar tarde el primer día.
-Pero si quedan veinte minutos todavía...-dijo, pero yo ya había salido.
Fui al colegio casi corriendo, pero como de camino estaba la casa de Rochi, la llamé y tuve que adaptarme a un ritmo más lento, aunque la verdad que me moría de ganas de verlo a Peter.
Llegamos al colegio y comenzamos a saludar a Cande y a Euge aunque nos habíamos visto el día anterior, como si lleváramos una eternidad sin vernos.Estábamos hablando y contándonos miles de cosas cuando escuche su risa.Me giré y lo vi riéndose con Agus y Pablo.Y volvieron las mariposas en la barriga.Amo sus ojos, su sonrisa, sus lunares... lo amo a él, pero ni sabe que existo.Mis amigas se dieron cuenta de mi reacción ante esa risa que hacía que me diera un vuelco el corazón y empezaron a reírse.Y ahí yo desperté de mis sueños y me puse roja,muerta de la vergüenza.-Dale, decíselo,yo creo que a él también le pasan cosas con vos-dijo Euge que,al ser la mayor,siempre nos aconsejaba.
-Pero,¿qué decís?Él ni me ve, solo se fija en las chicas más mayores.
-Pues yo creo que no-intervino Cande-¿Querés que averigüe?
-Como si fuera tan fácil hablar con ellos.No hay ni un segundo que no estén rodeados de chicas estúpidas riéndose por nada.
-¿Celos,Lali?
-Ni loca.No soy nada de Peter,¿por qué voy a estar celosa?
-No sé...-contestó Cande irónicamente.
-Bueno mejor no hablamos de Vico,¿no, Cande?
-Te callás que estábamos hablando de lo tuyo con Peter.
-No hay nada mío con Peter.
-Poco queda para que haya.
-Estan fatal.¿En serio creen que se fijaría en akguien como yo?
-Y...si te vestís así...-dijo Rochi
-¿Así cómo?-pregunté intentando disimular y rezando por que no se hayan dado cuenta del motivo por el que esta remera es mi favorita.
-Por favor, Lali.¿Crees que somos tontas?Se nota.
-Bueno,ya a clases que nos van a regañar, ya tocó la sirena.
-Cómo cambiás de tema cuando te conviene,¿eh?
-No cambio de tema, solo que no quiero comenzar mal el curso.
-Sí,ya...-dijo Euge.
Fuimos las cuatro a clase y ,por suerte, la profesora aún no había llegado.Lo primero que vi fue a él, que estaba sentado solo al fondo de la clase, y delante estaban Agus y Pablo,hablando y riéndose como siempre.Parece que mis amigas también se dieron cuenta de eso, porque Euge se sentó con Rochi y Cande con Mery, dejándome a mí sola y obligándome a sentarme junto a Peter, ya que no había más sitios libres.Pasé muy cerca de él para sentarme, le saludé tímidamente,pero no obtuve respuesta y me sentí la chica más estúpida del colegio.
El día pasaba y yo me quería morir.Llevaba tres horas a varios centímetros de Peter , y no me atrevía a hablarle, ni siquiera cuando necesitaba un boli verde que me tuvo que dar Cande, aunque estaba sentada en primera fila.Sonó la sirena y me alegré,aunque en realidad no quería moverme de allí.Peter recogió sus cosas y ya empecé a moverme yo también.¿Qué sentido tenía estar ahí parada sin tener a Peter al lado?Salí de aula y estaban las chicas en la puerta.
-¿Qué tal las clases, Lali?-me preguntaron las cuatro riéndose.
-Yo las mato.contesté.
-¿Qué?¿Me vas a decir que no te gustó estar tanto tiempo tan pegada a Peter?-dijo Rochi-Que te vimos esas miradas de reojo.
-Y las de Peter también las vimos.-agregó Mery.
Me puse re nerviosa.
¿Que Peter me miraba de reojo?No jodan, es obvio que no.
-Si no querés no nos creas, pero si yo fuera vos lo haría, es la verdad.
-¡Les dije que no quiero jodas!-dije enfadada y me fui corriendo.
me apetecía estar sola y me fui al baño.Me molestaban mucho las joditas de mis amigas sobre lo que me pasaba con Peter,y si encima querían ilusionarme mintiéndome, peor.Entré en el baño corriendo y cerré la puerta fuerte.Me puse a pensar...¿y si era verdad?No,imposible, para él no existo.Eso me hizo reflexionar sobre dos cosas:la primera que posiblemente había discutido con mis amigas sin ninguna razón, y la segunda que para Peter no existo, soy como un fantasma que va de acá para allá y no me ve, nunca me verá.Ambas cosas me entristecieron mucho, soy una tonta que se pelea con sus amigas por tonterías como esa,aunque en realidad seguía enfadada.Llamaron a la puerta y, sin pensarlo,contesté:
-¡Se van!¡No quiero hablar con ustedes, me tienen harta!
-Perdón, creo que te equivocas.
Ay, me muero, es él. Y cómo le grité, así voy a tener menos opciones de que me hable.
-Perdón, sí me equivoqué. Pero, adiós, tú también te equivocaste, el baño es de chicas.
-Bueno, en realidad, no me equivoqué, quería venir a este baño.
-¿Para encontrarte con alguna de tus amiguitas? -Ay, no sé por qué le hablo así, me sale sin pensarlo. ¿Será verdad que estoy celosa?
-Bueno, si crees que sos una de mis "amiguitas", sí.
No sé qué hacer... ¿le abro? No, no puedo, lloré un poco y se me corrió el rímel, no puede verme así, me moriría de la vergüenza.
-Dale, abrí. Te vi corriendo y pensé que podías estar mal.
Me pasé los dedos por debajo de los ojos para quitarme restos de rímel y lágrimas, me alisé un poco el pelo y abrí, agachando la cabeza.
-Lali, ¿no?
-Sí -¿y si no soy tan invisible para él? Sabe mi nombre.
-Bonito nombre.
-Bueno, en realidad, me llamo...
-Sí, ya sé, Mariana -dijo interrumpiéndome.
-¿Cómo lo sabés?
-A veces me da por averiguar sobre las chicas lindas, aunque de vos no busqué mucho, preferí dejarlo para que me lo cuentes vos. ¿Querés?
Me quedé callada mirando para abajo.
-¿Lali?
-¿Sí?
-¿Que si me contás sobre vos?
-No me parece que este sea un buen lugar -dije nerviosa.
-¿A la salida del colegio?
-Creo que sí puedo.
-Perfecto, ya tengo ganas de hablar tranquilo con vos. ¿Hasta luego, entonces?
-Sí, chau.
-Chau.
Salí del baño y fui corriendo a buscar a las chicas. Seguían junto a la puerta del aula. Hablando de mí, creo, porque cuando me vieron acercarme se callaron.
-¡Las amo, chicas! -grité mientras las abrazaba.
-¿Qué pasó que estás tan contenta si habíamos discutido? -dijo Euge.
-¡Quedan dos horas y quince minutos para que me encuentre con Peter para conocernos mejor!
-¿En serio? ¡Qué bien, Lali! ¿Pero nosotras qué hicimos? -dijo Cande, algo intrigada.
-Bueno, él me vio entrando al baño. Corriendo y con la cara que tenía, pensó que podía estar mal y entró.
-¡Ay, qué tierno, se preocupó por vos! Yo te dije que algo le pasaba con vos -me interrumpió Euge.
-Shh, callá, que no terminé. Yo había llorado un poco y estaba muy enfadada, no me quiero imaginar las pintas que debía tener. Bueno, pues cuando él llamó a la puerta, yo pensé que eran ustedes y me puse a gritarle, y ahí habló y vi que era él.
-¿Y?
-Cómo te gusta interrumpir, Euge.-dijo Mery.
-Se callan las dos. Pues me preparé un poco antes de abrir la puerta porque me moría si me veía con el rímel corrido. Salí y él empezó a hablarme, ¡y sabía mi nombre!
-Bueno, pero, eso podía ser porque haya escuchado a alguien decirte así.-dijo Cande.
-Shh, callate que le quitás la ilusión.-contestó Euge.
-¡No! Sabía que me llamo Mariana y así no me dicen ni los profesores. Y cuando le pregunté que cómo sabía, me dijo que a veces le da por investigar sobre las chicas lindas, pero que de mí no sabía mucho porque prefería escucharme y que le cuente yo. Me preguntó y yo le dije que ese no era el mejor lugar, estaba en el baño de las chicas, y me dijo que si quería a la salida del colegio.
-Y le dijiste que obvio, ¿no?
-Bueno, no quería parecer desesperada y además estaba muerta de vergüenza. Y le dije que creía que podía.
-¡Ay, qué bueno!
-¡Sí! Pero, necesito que me ayuden un poco a arreglarme, y tiene que ser ahora porque si me ayudan a la salida nos podemos retrasar y si se piensa que lo planté me muero.
-¡Vamos!-dijo Mery, que le encanta todo lo relacionado con el estilismo, muy contenta.
Entramos en el baño y todas comenzaron a peinarme y maquillarme, aunque les pedí que no se notara mucho.
Me lavé la cara para quitarme el maquillaje que me había puesto por la mañana. Euge me dio su brillito de labios, el que yo amaba, que tiene olor a fresa. Me pusieron rímel y me hice la raya del ojo con un lápiz negro. Saqué mi cepillo y me ayudaron a peinarme. Cande me dejó su horquilla y me la puse en el lado izquierdo de la cabeza, sujetando el pelo que me cae a capas. Justo tocó la sirena y nos volvimos a la clase. Ahora que Peter se había animado a hablarme y quería conocerme, estaba muchísimo más nerviosa. Entramos las cinco a la clase, pero yo casi a rastras, porque no me animaba del todo. Intenté no mirarlo, pero no pude evitarlo y lo vi haciendo una mueca nueva, que después de un año viniendo juntos a clase no había visto nunca. Una sonrisa, pero mucho más bonita que la que yo conocía. Casi me mareo al ver esa sonrisa dibujarse en su cara, pero menos mal que tenía a las chicas al lado, porque sino me caía. Me acerqué al pupitre y le saludé igual de tímida que antes, pero con la diferencia de que esta vez si obtuve respuesta:
-Hola, linda.
Me quería morir cuando lo escuché diciéndome linda a MÍ, que nunca me miró. Estas dos últimas horas pasaron más lento, pero no me importaba: tenía a Peter a varios centímetros, y esta vez si noté que me miraba cada cierto tiempo. Estaba roja y no atendía al profesor en ningún momento. Solo me preocupé de mirarlo cuando estaba segura de que él estaba en otra cosa. Miré el reloj. ¡Ay, solo quedan cinco minutos para que toque la sirena que anuncia el final del día!